martes, 3 de noviembre de 2015















Este ha sido un verano de tormentas. A veces el tiempo exterior corre parejo al tiempo interior. Hay lluvia, truenos y relámpagos dentro y fuera. Los recuerdos se empapan. Hay cosas valiosas corriendo asustadas  y tratando de ponerse a salvo. Y uno no puede hacer nada, nada más que dejarse mojar y rezar para que los rayos caigan lejos. Otras veces dentro todo es luz y calor, aunque fuera corra un viento fresco y empuje nubes negras y espesas como la lluvia que caerá de un momento a otro. En cualquier caso, dentro y fuera, la vida sigue. Cada mañana empieza un mundo nuevo. Cada noche muere un siglo. Los veranos de tormenta también son veranos.