Este ha sido un verano de tormentas. A veces el tiempo
exterior corre parejo al tiempo interior. Hay lluvia, truenos y relámpagos
dentro y fuera. Los recuerdos se empapan. Hay cosas valiosas corriendo
asustadas y tratando de ponerse a salvo.
Y uno no puede hacer nada, nada más que dejarse mojar y rezar para que los
rayos caigan lejos. Otras veces dentro todo es luz y calor, aunque fuera corra
un viento fresco y empuje nubes negras y espesas como la lluvia que caerá de un
momento a otro. En cualquier caso, dentro y fuera, la vida sigue. Cada mañana
empieza un mundo nuevo. Cada noche muere un siglo. Los veranos de tormenta
también son veranos.
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